Nunca como hasta ahora, habían existido tantas formas para los creadores de dar a conocer su trabajo, es decir, la democratización del acceso a la visibilidad es una realidad. Cierto es que dicha visibilidad actualmente se encuentra condicionada a la tiranía del algoritmo, pero éste es un debate que tiene entidad por sí mismo como para merecer una publicación independiente.
La incesante lucha entre la pasión y sobrevivir, que parece que nunca acaba, a raíz de la concepción bien intrínseca en la sociedad de que los artistas, los creadores, los inventores, los originales vamos a llamarlos, están ahí para entretenernos, es su obligación hacerlo y, además, gratis porque en el fondo a ti eso no te cuesta nada hacerlo, “te sale solo” y, por otro lado, el síndrome del impostor que a su vez padecen los mismos originales que permiten o se dejan llevar para que eso pase, cuando muchas veces simplemente lo que les faltan son las herramientas adecuadas, los vehículos necesarios, la visión catalizadora de la profesionalización.
Es ahí, compañeros, en la profesionalización, cuando una da poder y forma a su trabajo, cuando somos capaces de defender que no se hace esto de cualquier forma, que este contenido tiene valor, tiene un precio, y tampoco se trata con él como un bien ilimitado, sino escaso, si quieres que sea original… e imaginado y ejecutado por una persona física, que pronto se considerará un distintivo de calidad sobre lo creado por las máquinas, digamos… la artesanía del arte.
Es ahí, promotores culturales, que tejéis con vuestras apuestas y saltos de fe, las industrias culturales y creativas, arriesgando vuestro capital, apostando por el talento, consagrando a la creación vuestro tiempo, el bien más escaso, y brindando una buena estructura y no haciendo las cosas de cualquier manera, donde la magia tiene lugar.
SonQo nace con vocación de facilitadora, de co-creadora, de impulsora del trabajo, tanto de creadores originales como de los agentes que interactúan y participan de sus obras, todos ellos necesarios en el ecosistema cultural, estableciendo las sinergias necesarias, para no solo disfrutar en el proceso, sino hacer disfrutar y soñar a otros, el receptor del mensaje artístico, el público.
¡Comenzamos!
Autora: Patricia Muñiz de la Oliva
09/04/2023
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